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Nabulé, el nuevo concepto de garnacha de Bodegas Aragonesas

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Tras tres años de investigación y un cuidadoso y minucioso trabajo, los tres enólogos de la bodega han conseguido elaborar un vino único en el mercado

El gerente de Bodegas Aragonesas, Enrique Chueca; el presidente de Bodegas Aragonesas, Rubén Frago, y uno de los tres enólogos de la bodega, Javier Vela. FOTO: Gabi Orte.

El seguimiento diario de la vid es una de las claves para lograr este vino del que se van a producir 15.000 botellas

Cuando se juntan sabiduría, tecnología, conocimiento y trabajo, surgen proyectos tan extraordinarios como del nuevo vino de Bodegas Aragonesas: Nabulé. Tras tres años de investigación y un cuidadoso y minucioso trabajo, los tres enólogos de la bodega -Javier Vela, Fernando Ballesteros y Javier Baselga– han conseguido elaborar una garnacha única en el mercado. Un nuevo concepto de vino moderno en el que tiene un gran papel, más que en ningún otro vino, la tierra y el viñedo viejo del que proceden. El seguimiento diario de la vid, situada en una de las zonas más altas, ha sido una de las claves para poder romper con el concepto de garnacha que se tenía hasta ahora y con el que se busca crear «un nuevo estilo de vida».

La presentación, a los medios de comunicación, de esta nueva garnacha ha tenido lugar este lunes en el complejo Aura de Zaragoza. Al acto ha asistido el presidente de Bodegas Aragonesas, Rubén Frago; el gerente de Bodegas Aragonesas, Enrique Chueca; y uno de los enólogos de la bodega, Javier Vela.«En Bodegas Aragonesas tenemos como paradigma estar innovando continuamente. Dentro de esa actitud, hace algunos años nos planteamos elaborar vinos de garnacha pensando en un nuevo estilo, vinos con un gran potencial aromático y mucho más sutiles y elegantes. Una garnacha que permitiera a nuestros clientes disfrutar de la variedad en una nueva dimensión, como si se tratara de pasar del arte del retrato al arte abstracto, una nueva evolución utilizando los viñedos más viejos. Queríamos demostrar con esta iniciativa que con la garnacha se pueden alcanzar metas increíbles. Después de tres años inmersos en este proyecto, conseguimos obtener los resultados esperados en la cosecha de 2019, siendo un orgullo para todos los integrantes de Bodegas Aragonesas», ha añadido el director general de Bodegas Aragonesas, Enrique Chueca.

El nuevo Nabulé procede de viñedos seleccionados de garnacha, de más de medio siglo, ubicados entre 500 y 600 metros de altitud. La vendimia se realiza manualmente y el equipo técnico lleva a cabo controles de maduración minuciosos para determinar el momento óptimo para su recolección. La elaboración es totalmente tradicional y la extracción del mosto se caracteriza por suaves remontados. El vino permanece en depósito durante 3 meses, pasando después a crianza en barrica nueva de roble francés de 500 litros. Los tres enólogos de la bodega -Javier Vela, Javier Baselga y Fernando Ballesteros- han realizado catas periódicas para determinar el momento óptimo de embotellado.

Debido a la peculiaridad de las parcelas de donde procede este vino y del «minucioso trabajo realizado», tanto en viñedo como en bodega, se ha conseguido «un producto singular, sutil y elegante, donde prevalece el carácter terroir». Es un vino muy aromático, con fresas intensas, largo y persistente que ha estado 8 meses en barricas de 500 litros de roble francés tostado bajo. Con una potente imagen, su producción anual es de 15.000 botellas y su comercialización se hará en tiendas especializadas. El precio por botella es de 29 €.

«Bodegas Aragonesas tiene muy altas las expectativas puestas en este vino. Es un vino completamente diferente a lo que teníamos hasta ahora», ha asegurado el presidente de Bodegas Aragonesas, Rubén Frago. Tras la presentación ha tenido lugar una cata de Nabulé dirigida por Javier Vela. Por la tarde, continúan las catas con los profesionales, prescriptores y distribuidores.

La nueva garnacha de Bodegas Aragonesas: Nabulé. FOTO: Gabi Orte.

Momento histórico

Este 2021, Bodegas Aragonesas está viviendo un momento histórico. Al lanzamiento de su nueva garnacha hay que sumarle la creación de su nuevo espacio Terroir – Garnacha. Un edificio moderno, versátil y rompedor que marca un antes y un después en la forma de trabajar, de entender y de vivir el vino. Un lugar único en la zona e integrado en la naturaleza, que alberga diversos espacios dedicados a su bien más preciado: el vino. Con estos dos nuevos proyectos, Bodegas Aragonesas mira al futuro, se adapta a los nuevos tiempos y se reinventa, manteniendo siempre la esencia de ser «expertos en garnacha». Bodegas Aragonesas exporta a medio centenar de países del mundo.

 

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