Que ha durado bastante más de siete días, pero este tapao ha necesitado mucho tiempo para que su hígado procese todo lo ingerido.
Regocija leer los titulares que envían las bodegas y las denominaciones cuando de premios se trata. En esta ocasión, con motivo del Concurso Internacional Garnachas del mundo, que se celebró en Cariñena y Zaragoza, hemos leído –y nos hemos reído– con bastantes:
- Bodegas Aragonesas se convierte en la bodega con más oros del mundo en Grenaches du monde y la única con un doble oro de la DO Campo de Borja.
- La DOP Campo de Borja, denominación más premiada de Aragón en Garnachas del Mundo 2025.
- La D. O. CARIÑENA, anfitriona este año del concurso Garnachas del Mundo, brilla con 24 medallas.
- Raíces Ibéricas arrasa en Grenaches du Monde y consolida su liderazgo en garnachas.
- Secastilla sobresale en el concurso Garnachas del Mundo.
- Bodegas Osca arrasa en Grenaches du Monde 2025 con cuatro medallas para sus vinos de garnacha.
- Bodegas San Alejandro triunfa en Garnachas del Mundo 2025
Todos ganan. Lo cual es bastante cierto en este certamen, tan generoso con los premios. De los 700 vinos presentados, más de cien que lograron medallas eran aragoneses, de los 206 españoles galardonados.
Como era de esperar, éxito de la XXI edición de la Muestra de garnachas del Campo de Borja, que agotó los entradas previstas para los dos días de apertura al público en general. Apenas había pasado un mes del concurso y, de nuevo, nos citamos para beber a finales de mayo.
Eso sí, la organización podría mejorar la presentación oficial. Retraso de quince minutos para el canutazo de los medios al consejero Rincón –tocaba plaga de la langosta y, por supuesto aranceles– y largos predicamentos de los políticos presentes, que fue de menos a más.
Como siempre, discreto y correcto el presidente de la DOP, Enrique Ibáñez. El alcalde de Borja y diputado provincial, Enrique Arilla, se vino arriba y nos habló del pasado, presente y futuro de la zona. Comedido el consejero y desatada, quizá por su origen borjano, la presidenta de las Cortes de Aragón, Marta Fernández, que hasta llevaba un texto escrito. Como los tres son de partidos diferentes –PSOE, PP y VOX–, tenían que marcar territorio.
Hasta el presentador y cantante, Augusto González, se contagió de la discursitis y largó el suyo, totalmente fuera de lugar.
Menos mal, que pasado el trago llegaron los placenteros los de las garnachas del Campo de Borja, bien acompañados por el Jamón de Teruel, el Ternasco de Aragón y el Aceite Sierra de Moncayo.
Donde no faltó la organización fue en Razimo que, fiel a su cita bienal –para los que hablan sin pensar: cada dos años. Bianual significa dos veces al año–, eligió de nuevo un singular emplazamiento. Tras los celebrados en los antiguos depósitos de agua del parque Pignatelli y el palacio de la Aljafería, el escenario para 2025 fue la sala de la Corona del edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón. No era para menos, ya que quien organizaba, la distribuidora Bodegas Carlos Valero, celebraba su treinta aniversario.
Palabras, las justas, para que los profesionales asistentes –no estaba abierto para el público en general–
pudieran disfrutar de 400 vinos allí presentes. Atendidos por los profesionales de cada una de las bodegas, que se desvivían por atender a los interesados. Profesionalidad por doquier.
El evento, que se enmarcaba en la semana del Festival Internacional de la Garnacha, con motivo de Zaragoza Capital Mundial de la Garnacha, contó con una zona de cata libre con una selección de las mejores monovarietales de garnacha españoles, representadas en la muestra en el Túnel de la garnacha. Lo cierto es que los asistentes no le prestaron mucha atención, quizá porque les interesara más el contacto directo con las bodegas presentes.
Para celebrar el cumpleaños, el equipo de Carlos Valero tomó literalmente el Hotel Avenida. Champagne a gogó para los selectos invitados, en la escondida terraza, amén de una pequeña colación, y marcha para todos en la planta baja. La larga jornada, los combinados –muchos de ellos con la ginebra aragonesa Vínica, que distribuye Valero– hizo que muchos profesionales de la hostelería bailaram desaforadamente con la música de Starkytch. A tenor de lo que vio este tapao, que en la fiesta se coló, la cosa podía haber terminado de forma más peligrosa, pero la sangre no llegó al río a pesar de los altos niveles etílicos. A la postre, son profesionales del asunto, por más que alguno sufriera en la mañana del martes.
Y casi sin solución de continuidad, ese mismo viernes, 6 de junio, se inauguró al fin el tan esperado Festival internacional de la Garnacha y la Gastronomía Sostenible. Poca gente en la inauguración, como era de prever dada la temprana hora, aunque sí acudieron los representantes de la DOP Campo de Borja, ausentes de la presentación oficial unos días antes, quizá porque andaban preparando su exitosa muestra de garnachas.
Ese mediodía tan solo estaban contentos los enólogos aragoneses y no del todo. Entregaban las menciones garnacheras y aragonesas del pasado certamen VinEspaña y lograron concitar allí a un buen número de profesionales. Pero estaban preocupados ante el poco vino y espumoso que disponían fresco para el ágape posterior. Mal que bien, y con la intervención de su agil presidente nacional, Luis Buitrón, lograron solucionarlo.
Lo que no consiguieron es que la alcaldesa, Natalia Chueca, llegara puntual a la entrega de los galardones. Algo le pasa a esta chica con la garnacha, pues a la presentación oficial, que fue en el parque Macanaz, donde los nuevos viñedos, también llegó media hora tarde.
Mientras tanto, los responsables de las bodegas ahí presentes, todas de la provincia de Zaragoza, se mostraban inquietas. Problemas organizativos, algunas carencias de materiales, los precios de las casetas, el calor y el suelo de tierra, etc. les mantenían preocupados. Sin embargo, el domingo por la mañana, estaban felices, aunque muy cansados. La mayoría tuvo que reponer sus existencias de vino, ante el aluvión de gente. «El sábado por la noche, esto parecía una discoteca», le confesó un expositor a este tapao.
La capital de Aragón es así. Los zaragozanos se animaron a acercarse al festival, logrando un gran éxito de público, 40 000 asistentes, según el propio ayuntamiento de la ciudad, muchos de ellos jóvenes, los que todavía no han descubierto plenamente los placeres del vino.
¡Enhorabuena! Pero para sucesivas ediciones sería deseable una mejor organización y contar más con el sector. ¿No hablan siempre de la colaboración público-privada? Que se vea también aquí.
Para rematar, este tapao, que para eso vivó en Torrero, se coló en el bar El Fútbol, que además de Solete repsol, debería ser patrimonio de la ciudad Zaragoza, si tal distinción existiera. De forma particular, sin ayudas ni nada, para sus parroquianos y habituales de sus catas, Manolo Bona, secundado por su matemátíco Gaspar Tundidor, organizó una cata de vertical de Tres Picos, desde la añada 2012 hasta la que acaba de salir al mercado, la 2022. Y como el número once no es bonito, Gaspar sugirió que la del 21 se probara en dos formatos. La tradicional botella infantil, la de tres cuartos, y la mágnum de litro y medio.
Impresionante sesión, de más de intensas tres horas de duración, que Manolo dirigió con mano de hierro en guante de seda. No es fácil controlar una cata un sábado a partir de las tres de la tarde, con doce vinos que merecen ser escupidos. Los trespicos cumplieron y demostraron estar en forma, cada uno con sus circunstancias.
Si la cata hubiera sido de elevada tarifa y ubicada en un céntrico hotel, bofetadas y sobornos hubiera habido por acudir, pues ni la propia Bodega Borsao la hubiera podido organizar: no tenía tantas añadas disponibles.
Pues ahí estaban los de casa, felices, sabedores de su suerte, echando una tarde histórica. Mil gracias, Manolo y Gaspar, por dejarme colar en una esquinita.
¿Habrá cambios significativos con el nuevo presidente de la denominación?