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El BIMESTRE (julio-agosto) hibernado de EL TAPAO

El Tapao

Menos mal que uno está jubilado y no tiene quién le eche de su casa. Menudo bimestre; histórico, como se dice ahora. Jamás antes vio esta comunidad tal concentración de eventos relacionados con la gastronomía y la agroalimentación, como suele escribir el editor.  «Yo he visto [y oído] cosas que vosotros no creeríais», como decía el replicante Roy BattyRutger Hauer– y  bastantes más páginas necesitaría uno para escribirlo. Pero el papel es escaso y caro. Así que resumiremos Y por orden cronológico.

 

El bimestre vínico comenzó con el Concurso Internacional Garnachas del mundo, que se celebró en Cariñena y Zaragoza, y sí, dan muchos premios, pero lo mejor son los titulares de las notas de prensa: Bodegas Aragonesas se convierte en la bodega con más oros del mundo; La DOP Campo de Borja, denominación más premiada de Aragón; La D. O. CARIÑENA, brilla con 24 medallas; Raíces Ibéricas arrasa y consolida su liderazgo en garnachas; Secastilla sobresale; Bodegas Osca arrasa; Bodegas San Alejandro triunfa.

 

Quizá haya que plantearse esas inauguraciones en las que se mezclan periodistas e invitados. La de la Muestra de garnachas del Campo de Borja, por ejemplo. Retraso de quince minutos para el canutazo de los medios al consejero Rincón y largos predicamentos de los políticos presentes, que fueron de menos a más. Como siempre, discreto y correcto el presidente de la DOP, Enrique Ibáñez. El alcalde de Borja, Enrique Arilla, ya se vino arriba y nos habló del pasado, presente y futuro de la zona. Comedido el consejero y desatada, quizá por su origen borjano, la presidenta de las Cortes de Aragón, Marta Fernández, que hasta llevaba un texto escrito. Como son de partidos diferentes –PSOE, PP y VOX–, tenían que marcar territorio. Hasta el presentador y cantante, Augusto González, se contagió de la discursitis y largó el suyo, totalmente fuera de lugar. Eso sí, el evento fue un nuevo éxito, pues agotó todas las entradas previstas para los dos días.

 

Donde no faltó la organización fue en Razimo que, fiel a su cita bienal –para los que hablan sin pensar: cada dos años; bianual significa dos veces al año–, eligió de nuevo un singular emplazamiento, la sala de la Corona del edificio Pignatelli. No era para menos, ya que quien organizaba, la distribuidora Bodegas Carlos Valero, celebraba su treinta aniversario. Palabras, las justas; profesionalidad por doquier en quienes atendían lo estands; y poco éxito del Túnel de la garnacha, donde no había calor humano. Sí lo hubo  y mucho en el Hotel Avenida, donde se celebró el cumpleaños. A tenor de lo que vio este tapao, que en la fiesta se coló, la cosa podía haber terminado de forma más peligrosa, debido a los altos niveles etílicos. A la postre, son profesionales del asunto, por más que la cabeza de alguno/a sufriera en la mañana del martes.

 

De ahí al tan esperado Festival internacional de la Garnacha y la Gastronomía Sostenible. Poca gente en la inauguración, como era de prever dada la temprana hora, aunque sí acudieron los representantes de la DOP Campo de Borja, ausentes de la presentación oficial unos días antes, quizá porque andaban preparando su exitosa muestra de garnachas. Ese mediodía tan solo estaban contentos los enólogos aragoneses y no del todo; entregaban las menciones garnacheras y aragonesas del pasado certamen VinEspaña y lograron concitar allí a un buen número de profesionales. Pero estaban preocupados ante el poco vino y espumoso que disponían fresco para el ágape posterior; mal que bien, y con la intervención de su ágil presidente nacional,  Luis Buitrón, lograron solucionarlo. Lo que no consiguieron es que la alcaldesa, Natalia Chueca, llegara puntual a la entrega de los galardones. Algo le pasa a esta chica con la garnacha, pues a la presentación oficial, también en el parque Macanaz, donde los nuevos viñedos, llegó media hora tarde. Mientras tanto, los responsables de las bodegas ahí presentes, todas de la provincia de Zaragoza, se mostraban inquietos. Problemas organizativos, algunas carencias de materiales, los precios de las casetas, el calor y el suelo de tierra, etc. Sin embargo, el domingo por la mañana, aunque muy cansados estaban felices. La mayoría tuvo que reponer sus existencias de vino, ante el aluvión de gente. «El sábado por la noche, esto parecía una discoteca», le confesó un expositor a este tapao. De eso se trata, de que los jóvenes se acerquen al vino.

 

Para rematar, uno, que para eso vivió en Torrero, se coló en el bar El Fútbol, que además de solete repsol, debería ser patrimonio de la ciudad Zaragoza, si tal distinción existiera. De forma particular, sin ayudas ni nada, para sus parroquianos y habituales de sus catas, Manolo Bona, secundado por su matemático Gaspar Tundidor, organizó una cata de vertical de Tres Picos, desde la añada 2012 hasta la que acaba de salir al mercado, la 2022. Y como el número once no es bonito, Gaspar sugirió que la del 21 se probara en dos formatos. La tradicional botella infantil, la de tres cuartos, y la mágnum de litro y medio.  Si la cata hubiera sido de elevada tarifa y ubicada en un céntrico hotel, bofetadas y sobornos hubiera habido por acudir, pues ni Bodega Borsao la hubiera podido organizar: no tenía tantas añadas disponibles.

 

Roto Zaragoza fue el escenario elegido para la presentación de la nueva edición de Gastrotapas, lo que no agradó a algunos socios de Horeca Zaragoza, que no ven con buenos ojos el modelo hostelero que representa este Grupo Fuenclara, tan vinculado al Real Zaragoza.

En cualquier caso, el evento se desarrolló de forma correcta, aunque un año más fue difícil escuchar las palabras de los intervinientes, dada la grosería de varios de los asistentes que no paraban de hablar. A quien sí se escuchó alto y claro, desde el público y en calidad de invitado, fue al consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, debutante en estos saraos, que promete grandes momentos, si sigue en esta línea. Reconoció a los hosteleros «la excelencia de vuestro trabajo, a la que nos estáis malacostumbrando». Y ya en canción, «Sanidad considera a Horeca un importante aliado en seguridad alimentaria. Se autoexigen muchas veces por encima de lo obligado. Por lo que conozco, en Aragón estamos mucho mejor que otras autonomías». Concluyó afirmando que «sois empresas saludables». De bodas, bodicas: ya han firmado un convenio, pero sin los bares.

 

Magnífica puesta en escena para la presentación de la nueva campaña de Alimentos de Aragón, que estrena lema: Aragón sabor de verdad. Este tapao –que pudo colarse. pues en el acceso al Pignatelli había control, pero la puerta de la Sala de la Corona, no– salió bastante feliz del evento. Sabía uno que los alimentos ya no iban a ser nobles –¿plebeyos entonces?–, pero se vio gratamente sorprendido por la formas del mensaje. Más allá del lema, las imágenes que se presentaron ofrecían gentes, manos, explicitando que los alimentos los hacen personas, no el territorio o la tradición, que también, sino las personas humanas.

Según el jefe de los Cafés y Bares, José María Marteles, cada día más lenguaraz, el acto fue de más a menos; del humor a los consabidos discursos. Pues el presentador, Carlos Sobera tiró de sentido del humor. Si al presidente Jorge Azcón le invitó a su programa de emparejamientos, si es que lo necesita –confesó el prócer que lo ve en ocasiones, lo que a su señora no le parece muy bien–, culminó con el consejero Javier Rincón, al recordar su increíble parecido con Leo Harlem. Uno ya no lo ve de otra forma.

No faltaron viandas, a modo de desayuno al principio, con productos que tenían sabor de verdad, ni después, a modo de almuerzo, con embutidos y quesos, además de pequeñas raciones. Eso sí, al responsable del cáterin, que no le habían dicho de qué iba el sarao, se le escapó una tortilla de patata aromatizada con trufa industrial, habitual en recenas de bodas, que no sentó nada bien a los truferos que allí estaban.

Y si pocos se dieron cuenta de lo de la tortilla, muchos sí de la carencia de vino. Solo había agua y zumos.

 

Se quejan en Teruel de lo poco que le tienen en cuenta desde la capital aragonesa. Pero tampoco aprovechan mucho las ocasiones de participar. Gastromanía 25 se celebró allí y pocos profesionales y/o estudiantes se vieron por el salón del hotel La Marquesa donde se desarrollaron las ponencias, diversas y muy interesantes. Vale, era martes, pero no llegaban a cinco los profesionales que allí acudieron a escuchar lo que se decía sobre Cocina y gastronomía aragonesa, 30 años de evolución.

Sí estuvo, hasta que tuvo que ir a atender su magnífico bar, Pura Cepa Vermú, Emiliano Urzay. Escondido tras un ejemplar de Gastro Aragón, que ahí se puede leer de gorra, este tapao contempló cómo Emiliano sorprendía –no es fácil– a los presidentes Pepe Puyuelo, sumilleres, e Isidro Moneva, enólogos, con la variedad de vermús de la casa y su conocimiento de los mismos.

Radicalmente diferente de ese asador con nombre festivo y turolense –quizá era el único abierto el lunes por la noche–, donde cenaron los presidentes junto con otros próceres y no pudieron disfrutar del jamón de Teruel DOP. Solo había ibérico. Cosas veredes, Sancho.

Carmelo Bosque, el presidente de los hosteleros oscenses no repetirá en el cargo. Los bien informados dicen que con su sucesor se abrirá una saga presidencial, al modo de los Kennedy o los Bush estadounidenses. No parece mala opción. Ya hay quien tiembla ante la hiperactividad del más veterano estrellado cocinero, que asegura que dedicará su tiempo a impulsar el Centro de Innovación Gastronómica de Aragón, CIGA, todavía sin su fundación.

No, Gastrópolis, nuestra tienda de referencia para las cervezas, no ha cerrado. Es lo que pensaron quienes se acercaron allí el pasado mes de mayo y se encontraron ante una setentona agencia de viajes. El culpable, Nacho García Velilla, que para el rodaje de algunas escenas de su serie Por cien millones, la transformó provisionalmente.

 

¿Sin puertas, cómo se cuentan las cifras de asistencia?

¿Cuántos cocineros fueron a esa cita?

¿Era el mejor establecimiento para la presentación? 

¿No habría que grabar los foros gastronómicos?

¿Bosque culinary center?

¿Si cambia el presidente, cambiará la Denominación?

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