Se define como winelover e hiperdefensora de los vinos de Aragón. Carmen Urbano, la directora general de Promoción e Innovación Agroalimentaria, ha trabajado en el mundo del vino desde el siglo pasado, como ella dice, en asesoría y consultoría en marketing internacional. En un año de trabajo en el Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, ha impulsado Aragón Tierra de Vinos y Talento y, ahora, la plataforma Aragón Wine Expert de promoción y formación en los vinos de nuestra comunidad. Y, dice, sigue disfrutando con cada vino que conoce.

VIN Carmen Urbano GOC

 

¿Cuál es su primer recuerdo relacionado con el vino?
A los doce años comencé a ir en verano de intercambio al centro de Francia, a una zona rural, y allí los fines de semana, la familia echaba vino al plato de sopa cuando estaba a punto de acabarse, para aprovechar el calor del plato y el último caldo. No recuerdo si me gustaba o no, pero me llamaba la atención.

¿Y su primer contacto profesional con el vino?
Empecé a trabajar en el mundo del vino a finales del siglo pasado que digo yo, siempre relacionada con la asesoría o la consultoría en marketing internacional de bodegas. Pero el primer contacto fue cuando viví en Teruel, con Sarrimad, que produce tablero contrachapado para las cajas de vino en las principales zonas vitivinícolas de Europa. Así que me recorrí todas las zonas de producción de Portugal, Francia, España e Italia. Y la primera bodega que asesoré en sus planes de internacionalización fue Bodegas Solar de Urbezo de la DOP Cariñena en 2001 y a partir de ahí un montón de proyectos.

Usted, ¿qué quería ser de mayor?
El otro día me acordaba con mi padre. Mi primer deseo fue ser azafata porque quería viajar e ir en avión. Después empecé a dudar, pero sí quería hacer algo que me permitiera conocer mundo, como así ha sido porque me he dedicado toda la vida al marketing internacional y el comercio internacional, así que he conseguido viajar mucho

¿Cómo le explicaría qué es la felicidad a un niño de siete años?
Tener una vida equilibrada en las partes que consideras importantes. En mi caso, la salud, la familia, el trabajo y, por supuesto, el amor.

¿Qué parte de responsabilidad tiene el vino en su felicidad actual?
Yo siempre he sido una winelover, tanto en lo profesional como en lo personal porque me gusta estudiar, conocer, probar. Además, soy una hiperdefensora de los vinos de Aragón. En esa defensa se enmarca la plataforma Aragón Wine Expert de promoción y formación en los vinos de Aragón. Ya hay preparados cinco cursos revisados por los consejos reguladores de las denominaciones de origen. El proyecto cuenta con el asesoramiento técnico de Mariano Navascués, y crecerá y contará con vídeos de promoción internacional, uno genérico y varios específicos por denominación en chino, alemán, español e inglés. Se suma al proyecto Aragón Tierra de Vinos y Talento, que desarrollamos con Marta Tornos y que se irá incluyendo en la plataforma.

Lo de hablar de las emociones del vino ¿es solo imagen?
Noooo… El vino puedes asociarlo a la felicidad, la felicidad es una emoción y el vino es disfrute, te trae buenos recuerdos de eventos, celebraciones, momentos con tu familia o tu pareja. O tú solo. El vino no solo es marketing, aunque hay mucho marketing en el vino. El vino es muy marketiniano, es el sector que más invierte y el que mejor lo hace a mi entender. Es un esfuerzo brutal porque las bodegas son muy pequeñas.

¿Se sigue disfrutando del vino cuando se trabaja con el vino?
Claro y cada vez más. Me estoy planteando estudiar alguna certificación más, me gusta disfrutarlo pero también formarme. Quizá este invierno me anime con WSET. Lo quiero hacer en grupo, con amigos, pareja, para catar juntos. Puedes disfrutar mucho si te lo montas bien.
Dicen que todos los españoles llevan dentro un presidente del gobierno y un seleccionador de fútbol. ¿También llevamos ahora un sumiller?
Lo de sumiller, lo pongo en duda. Lo del presidente del gobierno también. En lo del fútbol lo veo más claro [risas]. ¡Todo el mundo tiene su predilección en el fútbol! Aunque estoy en política no entiendo suficiente para tener dentro un presidente del gobierno y lo del sumiller, no hay suficiente cultura del vino en este país, desgraciadamente. Es más, creo que mucha gente no sabe ni qué es.

¿Cómo marida el vino con la política?
El sector vitivinícola es el segundo sector alimentario en importancia en Aragón. Aunque en el Departamento no sectorizamos y las políticas son para todos los sectores, el vino vertebra el territorio y es un sector muy cooperativista para los que hay muchas medidas. Quieras que no, el vino está ligado a la política, todo está ligado a la política

¿A los políticos les faltaría negociar después de compartir una copa o una botella de vino?
Sin duda. No sé si a los políticos les falta un vino o un tirón de orejas. Hay que tener visión de futuro y no cortoplacista. La política tiene que ir más allá de quien está gobernando. Hay temas en los que tiene que haber negociación, en una negociación todos ganamos y perdemos. Se mezclan muchos términos. Y también los medios porque tienen mucho peso en la opinión. Todos tenemos que ser responsables. Y veo mucha irresponsabilidad en esta época tan dura, y me consume. Me consume mucho.

¿A quién invitaría a un vino? Personaje histórico, público o alguien de su entorno.
No puedo elegir solo a uno, admiro a mucha gente y de muchas áreas. Pero mira… A Javier Lambán, que no he tenido oportunidad aún de tener una conversación de tú a tú, solo coincido en actos públicos, reuniones. Creo que tiene una mente muy curiosa. Y mira que la primera vez que me lo presentaron, al incorpórame hace un año al Ejecutivo, fue en el 75 aniversario de San Valero… Me lo presentaron con un vino. Y me dijo «eres muy importante, la promoción en el sector agroalimentario es muy importante» señalándome con un dedo. No lo voy a olvidar.

¿Y quién cree que no se merece ni olerlo?
Me viene a la cabeza Trump, Putin. Todos los extremos y los populistas. Soy antiextremos, conciliadora y moderadora. Los histrionismos me sacan de mis casilla, cualquiera. Mira, Gabriel Rufián tampoco merece ni olerlo.

¿A quién le debe un vino? (Cita pendiente)
Tantos… José Antonio Domínguez Andreu, que fue director del CITA en la pasada legislatura y lo conozco hace mucho tiempo. Es un gran amante del sector vitivinícola y fue una de las personas que me presentó al consejero Joaquín Olona. Imagino que de su recomendación, depende en parte que hoy esté donde estoy. Me he tomado varios vinos con él este año, pero me tomaría otro porque siempre aprendo mucho.

¿Qué ha hecho últimamente para hacer feliz a alguien?
A mis padres, a los que llevé a ver zarzuelas y jotas al Auditorio de Zaragoza. Fíjate que sencillo, pero es una suerte tenerlos cerca y verlos disfrutar.

¿Cómo se ve dentro de diez años?
No pienso en el futuro, en el mío no. Pienso en el futuro de mis sobrinas o el del país, pero en el mío, no. Me considero una persona bienvivida, si la suerte no me acompaña y me voy antes de diez años, le digo a mi gente que no me llore, que soy una persona bienvivida. Me he adaptado siempre, no pienso en el futuro mientras tenga salud.