Tanto Cariñena como Zaragoza prometen un 2025 repleto de actividades en torno al vino, varias de las cuales se organizan conjuntamente. Foto: Fabián Simón DGA.

Coinciden en el tiempo, como bien sabéis, dos importantes hitos para el vino en nuestra comunidad autónoma porque tanto Zaragoza, como Cariñena, lucen nuevos e importantes nombramientos que jamás habían recalado en esta tierra. Por un lado, una ciudad europea del vino y, de otra parte, la capitalidad mundial de nuestra estimada y necesaria Garnacha. Ojo a la trascendencia y relevancia que tienen estos títulos, que si sabemos sacarles partido, el vino en Aragón cobrará una proyección nacional e internacional determinante.

He tenido la suerte de estar presente en ambas puestas de largo y la primera conclusión que extraigo es la de oportunidad, porque debemos aprovechar esta ocasión ya que nunca antes nos hemos visto en algo similar.

Hace un tiempo, el ilustrísimo Álvaro Palacios, referente indiscutible de la enología nacional, le dijo a mi hermano: «os estábamos esperando», refiriéndose a la situación actual de los vinos aragoneses. Hoy, ahora, es el momento de mostrarse al mundo porque tenemos todo de cara y los vientos soplan más favorables que nunca.

Es tiempo de sinergias, de unión, de trabajo en equipo, de remar hacia el mismo puerto. Cariñena, como Ciudad Europea del Vino, tiene un año para hacerlo porque en 2026 cederá el testigo a otra anfitriona. Zaragoza, sin embargo, disfrutará sine die su capitalidad garnachera.

Suenan actividades muy prometedoras. Por ejemplo, en Cariñena van a tener lugar acciones relacionadas con la educación y la formación (cursos, jornadas técnicas, aulas…), las artes (jornadas, premios y festivales), el enoturismo, la innovación, el empredimiento y la promoción internacional (acogiendo la sede del Concurso Garnachas del Mundo). Lo mismo en Zaragoza, que para estos primeros compases ha tejido una programación que pasa por escapadas enoturísticas, congresos científicos, festivales, jardines y demás intervenciones con el fin de recibir a más de 300.000 visitantes en este primer año de título.

¿Os imagináis que sale bien?, ¿que se trabaja concienzudamente y los objetivos se alcanzan?. Yo tengo la total y absoluta confianza de que así será. Quizá por la ilusión de estar en una tierra a la que le puede cambiar el rumbo y por sentir de cerca un sector cuya promoción es más que necesaria.

Hoy, ahora, es el momento. Con más fortalezas, ocasiones e ilusiones que nunca.