Como todos los años, y van siete, Carlos Valero presentó su ruta del cocido, que se prolongará hasta la primavera, con diferentes propuestas en restaurantes de las tres provincias aragonesas, hasta completar una cuarentena de cocidos, en los más diversos estilos. Y servidos en días determinados o por encargo.

Dalai fue el establecimiento elegido para la presentación, donde se pudo degustar un buen cocido, maridado con el vino Matarile, tinto, o rosado, que se presentaba en esta ocasión, conmemorando los 25 años de Bodegas Carlos Valero.

La sopa, bien cargada de fideos…

…Las hortalizas y los garbanzos, con el detalle de las flores…

… y las carnes. Fotos Gabi Orte / Chilindrón

No fue la única novedad de la comida, ya que Valero aprovechó la ocasión para presentar dos nuevos productos que ya distribuye y que abren nuevas líneas en su negocio.

Oli d’ella

De una parte, el aceite de oliva virgen extra Oli d’ella, un monovarietal de empeltre, de este mismo año, elaborado a partir de olivas de Maella y alrededores, recolectadas de forma temprana (unos veinte días antes de su maduración) para obtener los mejores aromas que esconden. Proyecto personal de Carlos Valero, junto con sus socios Javier Campoy y Chema Dehesa, tendrá continuidad en otros monovarietales, como el de arbequina.

Campoy, Dehesa y Valero. FOTO: Gabi Orte / chilindrón

Cerveza de chardonnay

También se pudo degustar la novedosa cerveza artesana Chardonnay, una grape white beer, que también dará que hablar. Nacida de la colaboración entre Monkey Beer y Cerveza Tiberio, la del Balneario de Panticosa, esta cerveza de vendimia está elaborada a partir de agua del mismo balneario, lípulo, malta de cebada y, de ahi su especificidad, mostro de uva chardonnay, procedente de viñedos de la DOP Somontano.

Cuidadosamente elaborada, se presenta en botellas lacradas de 750 cl. de capacidad, con tres años de vida por delante. Rual Prieto, su maestro cervecero, la presentó antes de la comida, tras más de año y medio de experimentación para lograr el producto que buscaban.

Valero, Rual Prieto y Javier Sacerni, del balneario. FOTO: Gabi Orte / Chilindrón