Todos las botellas se abrieron con la suficiente antelación. FOTO: Gabi Orte / Chilindrón

Para muchos, el Val de Vos fue el primer cabernet sauvignon de su vida. Y poco después, el Gran Vos, se convirtió en el vino de muchas celebraciones. De hecho, se estrenó en una de ellas, precisamente la inauguración oficial de la bodega Viñas del Vero en 1993, hace ya 25 años.
Para conmemorarlo, la bodega ha organizado una cata especial en el Palacio de Larrinaga de Zaragoza, que ha reunido a sumilleres y periodistas. De la mano de José Ferrer, enólogo y gerente de la veterana bodega de la DOP Somontano, los asistentes han podido descubrir cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo este reserva, con 15 meses de crianza, a través de sus añadas más especiales, las de 2001, 2006, 2011 y la que acaba de salir al mercado, cosechada en 2012.

José Ferrer describió todos los Gran Vos. FOTO: Gabi Orte / Chilindrón

Aquel 14 de julio de 1993, José Ferrer era un recién llegado a la bodega –apenas mes y medio– y descorchó, «nervioso» aquel vino, hijo del Val de Vos, que había guardado para convertirlo en reserva. Criado en barrica de 300 litros, se mezclo con merlot «buscando la complejidad». Y hasta hoy.

Exquisito maridaje

La comida, diseñada en colaboración con el jefe de cocina de El Cachirulo, Orlando Tobajas, buscaba realzar los vinos y lo consiguió de largo. Tras un aperitivo alegrado por el afamado Clarión 2014, con jamón de Guijuelo, Suquet de cigala con alioli de manzana; Vieira, berenjenas, jugo de gambas e ibérico, y ya en la mesa, llegó la hora de los grandes vos.
El Gran Vos 2011 –60% cabernet, 40% merlot–, el más prescrito y premiado en la historia de la serie, se mostró como un vino «pleno y placentero», repleto de matices en la nariz y sabroso, carnoso y largo. Vino acompañado por un Roastbeef de ciervo, rebozuelos frutos rojos y romero, así como un aromático Queso, trufa y hongos, que combinaron a la perfección.
Con un foie a la plancha y pies de cerdo, llegó el segundo, Gran Vos 2006, a partes iguales cabernet y merlot, un vino de carácter más atlántico, «punzante y vertical», con una acidez muy equilibrada y gran riqueza aromática, «desde tonos frutales, como moras y arándanos en confitura, hasta especiados, como hinojo y regaliz, sobre delicadas del tostado del roble en el que envejeció».
Muy vivo se encuentra todavía el veterano Gran Vos 2001 –apenas un 10% de merlot–, que pronto será mayor de edad, procedente de un año muy lluvioso que dio una de las mejores cosechas del Somontano, que, según Ferrer, «morirá antes que sus taninos». Complejidad aromática, equilibrio y armonía, aliados con un Solomillo de ternera a la brasa con patatas suflé.
Y para culminar, la nueva añada, Gran Vos 2012, aliada con un Ganaché de chocolate negro con aceite de oliva virgen extra y sal Maldon. Procedente de un año seco, con un 83% de cabernet, le queda mucha vida por delante. El enólogo ha tenido que jugar con la madurez y la barrica para lograr su armonía y amplitud.

 

Luigi Cecinelli sirvio el Gran Vos 2001, previamente decantado. FOTO: Gabi Orte / Chilindrón