Por primera vez en el mundo se utiliza lúpulo recién molido
para garantizar un frescor más duradero

Nueva botella Ambar II

La botella está hecha de vidrio reciclado y con menor cantidad

 

Ambar está de estreno con una imagen renovada más rotunda que mantiene sus colores tradicionales en blanco y rojo donde señala su origen a orillas del Ebro. Consciente de la importancia de responder con innovación al reto medioambiental, lanza al mercado una botella fabricada en un 85,5 % con vidrio reciclado y aligerada en su peso. Además, tras años de investigación para mantener el frescor aromático durante más tiempo, ha encontrado una manera de conseguirlo: ahora, en toda su producción, se molerá el lúpulo en flor inmediatamente antes de la cocción para mantener así intactas las partículas aromáticas que aportan esa sensación diferente e inigualable en su cerveza.

Aunque más del 60 % de los envases de consumo de Ambar en barril y en botella son retornables, el formato no retornable está presente en el canal hostelería y en las grandes superficies para el consumo en el hogar. La nueva botella que ahora lanza ahorrará en consumo energético y en emisiones. Emplea menos vidrio en su fabricación, hasta 20 gramos en formato de 33 cl., lo que se traduce también en un menor impacto en su transporte. La reducción de peso, desde los 215 gramos anteriores a los 195 gramos del nuevo modelo, suponen una reducción de emisiones de CO2 de 8,64 gramos por botella.

Además del aprovechamiento del vidrio reciclado para fabricarla, la nueva forma de su diseño reduce el consumo de papel por el menor tamaño destinado para la etiqueta y la desaparición del collarín con un ahorro de 1.138,5 toneladas de papel al año. Todo el papel utilizado procede de bosques gestionados de forma responsable (FSC).

Lúpulo recién molido

Sin cambiar su receta actual, Ambar molerá el lúpulo en flor antes de cada cocción. Este novedoso proceso permite mantener intactos los perfiles aromáticos que dan amargor a la cerveza y alargar su sabor fresco durante más tiempo. El lúpulo llega directamente de los cultivadores con su protección antioxidante natural intacta y no se somete a procesos industriales de peletización, simplificando también la cadena logística. Para llevar a cabo la molienda de lúpulo en condiciones controladas de temperatura y menor efecto del oxígeno, se ha diseñado ad hoc un molino cónico que desmenuza las flores de lúpulo a un ritmo de 300 kg/h bajo atmósfera de CO2.