VIN Viñas Murero

Viñedos en Murero, de Bodega Sommos, que ahora podrán ser amparados por la DOP Calatayud. FOTO: Gabi Orte Chilindrón.

 

¿Cuántas veces habéis escuchado hablar del potencial que tiene Calatayud? Tropecientas mil, ¿verdad? Desde hace mucho tiempo, echadle 20-25 años, era frecuente –y recurrente– oír en corrillos vinateros que cuando la bella durmiente despertase iba a seducir y a encandilar a cualquier pretendiente.

Todavía hay quienes están esperando ese despertar cuando, en realidad, hace ya muchas campañas que Calatayud permanece con los ojos abiertos, sin bostezar y con ganas de comerse el mundo. Además, con suficientes argumentos. Está hoy mejor que nunca y eso es así, sin debate que sirva.

Ahora que se habla de parcelas, pueblos y parajes resulta que nos hemos dado cuenta que ahí, Calatayud, tiene un patrimonio cojonudo. Pero ya lo tenía hace mucho tiempo.
De esos viñedos tan particulares surgen una serie de vinazos que rivalizan con cualquiera, más aún si hablamos de Garnachas expresivas, puras y sin artificios. También el resultado de Calatayud, sus elaboraciones, están como en la vida.

La denominación de origen resulta que ahora es más grande. Porque se han adherido los municipios de Daroca, Murero, Villafeliche, Orcajo y Manchones aportando unas 170 hectáreas que se suman a las 3.321 actuales. Los nuevos 130 viticultores pueden llegar a aportar medio millón de kilos de uva. Y del reparto de las hectáreas recién acogidas, 116 son de garnacha, 41 de macabeo, 6 de tempranillo y el resto de distintas variedades. Ahora son las bodegas que se encuentran en las zonas ampliadas –Sommos Garnacha y la Cooperativa Santo Tomás de Aquino de Daroca, entre otras– las que deben solicitar al Consejo Regulador su inscripción y certificación para poder hacer uso de la marca y poder comercializar sus vinos como Denominación de Origen Protegida Calatayud.

La imagen de marca que transmite la denominación es muy positiva. La promoción y comunicación funciona. Hay estandartes con nombre propio como los elaborados por Norrel Robertson, la familia Langa, los rejuvenecidos y acertadísimos de San Alejandro, las Lajas de Castro, los Atteca del grupo Juan Gil, la garnacha de Ordóñez… ¿os dais cuenta de la cantidad de vinos top que salen de esta tierra?

Calatayud más y mejor que nunca. Así que ni potencial, ni despertar. Hablamos de realidad