Que si la ola de calor, que si el horario laboral de verano, que si las terrazas abarrotadas, que si las vacaciones, que si apetece algo más fresquito para combatir las altísimas temperaturas… ¿hay muchos motivos para descorchar durante esta época del año, no?. Aunque no necesitemos razones para hacerlo el verano se presta a repuntar consumos.
Servidor siempre se decanta por blancos, rosados y espumosos, y puesto que compartir es vivir, aquí van una serie de sugerencias, a modo recomendatorio, para estas semanas. Se trata de unos vinos diferentes, particulares y altamente recomendables que tienen algo en común: todos nacen en esta tierra y llevan impreso el sello made in Aragón.

VIN CDA Sauvignon blanc_2021

Un blanco diferente

CDA Sauvignon Blanc es una de las últimas incorporaciones al catálogo de Grandes Vinos. La reconversión de la gama Corona de Aragón ha traído novedades… sobre todo una, absolutamente diferencial, por ser el único monovarietal que se elabora en la comunidad a partir de una variedad recientemente admitida en Cariñena, en 2020.

Nace en un jovencísimo viñedo a 750 metros de altitud en el término municipal de Cosuenda y muestra sin complejos la tipicidad de esta cepa bordelesa: herbáceos, frutas tropicales y cítricos, con una acidez muy refrescante. Me gustó. Y con unas sardinas a la brasa se vino muy arriba.

12 lunas__rosado REC

De color frambuesa

Me declaro un absoluto fan incondicional de los –buenos– rosados. Desde siempre.
Para mí, el que elaboran en El Grillo y La Luna, es uno de los infalibles por su frescura e intensidad. La añada que está en curso es un espectáculo. La única putada es que tan sólo hay siete mil y pico botellas. 100% syrah, cuatro mesecitos con lías en depósitos inox y un volumen poco frecuente manteniendo esa chispa que lo hace jovial, divertido y muy elegante.

Rebosa frutas rojas y chuches en nariz mientras que en boca se muestra larguísimo, tenso y crujiente. Le pones al lado una racioncita de pulpo y alucinas.

VIN Lo Pou Blanco 2020

Ojo al Matarraña

Ojito al proyecto Mas de Torubio que conduce la familia Monreal Chasco en el Matarraña. Es una de esas sorpresas que llegan de repente, casi sin avisar, y se quedan grabadas.

El último que pasó por mis manos fue Lo Pou, una Garnacha Blanca cultivada en el término de Arens de Lledó con rendimientos de 400 kilos por hectárea. Fermenta en barricas francesas de 300 litros y permanece en ellas durante seis meses antes de salir a la calle. ¿El resultado?. Un vinazo repleto de cítricos, flores, frutos secos y tostados muy bien integrados, con una boca plena, untuosa y elegante a más no poder. Me lo bebí sin plato acompañante. Tampoco le hizo falta.

VIN Cava La Corona Langa rosado REC ok

Burbuja rosé

El bueno de César Langa, persona querida en la comunidad vinatera por motivos muy meritorios, elabora un cava rosado construido a partir de garnachas de más de 40 años que se supera en cada añada.

El último que descorché me dejó pasmado. Y cuando dicen de espumosos golosos y fáciles de beber –que no sencillos– este cumple a rajatabla esa definición. Un buen manojo de frambuesas, cerezas, granadas, grosellas y frutas de ese rollo preceden a una boca fresca con la chispa de una burbuja súper bien integrada que termina en un final largo y muy refrescante. Marida perfectamente con amigos de toda la vida.