ECO Slow Huesca Arbequina

Recogiendo las olivas que, tras un cuidado proceso, se convertirán en aceite sólido, para untar.

En nuestro convivium el papel que juegan los productores es crucial y desde siempre, sin minusvalorar a todos y cada uno del resto de integrantes en sus distintas áreas.

Hoy quiero resaltar a Juan, pero la intención es repasar a todos y cada uno de quienes día a día dan lo que tienen, esfuerzo, ilusión y ética ecológica. La naturaleza es sabia y deberíamos escucharla y no dominarla; tal vez desde ese momento en que pretendemos dominarla es cuando se nos empiezan a complicar las cosas de manera irreversible.

Creo debemos vivir en sintonía con la naturaleza. En Slow Food lo sabemos bien, tratamos de tenerlo presente día a día y de ser coherentes cotidianamente en la medida de nuestras posibilidades.
Comentaba de Juan, pero esta experiencia es Juan, Rosa, María, Alejandro y, muy especialmente, Rosalía, la abuela.

Un proyecto de varias generaciones que nos lleva a Monesma de San Juan, sur del Somontano de Barbastro. Olivar, viña en sus comienzos; hoy olivar intensivo ecológico.

En esta experiencia, que lleva años, se está culminando la ultima etapa con algo muy manido como término al uso, me refiero a la innovación, pues de lo que vamos a hablar es de recoger olivas. En este caso a través de una acción comunitaria en torno a un grupo de consumo, participando los integrantes del grupo de consumo de Sobrarbe.

En Slow Food, como empieza a ser habitual con nuestros productores, siempre que visualizamos la oportunidad nos abrimos a cualquier proceso con el que seamos capaces de convertir en una solución una necesidad, para llegar a una idea creativa; es decir, tratar de innovar, para lo que conectamos con la ciencia y con un excelente equipo de investigación dirigido por el profesor Jesús Osada, perteneciente a la Universidad de Zaragoza. Con él planteamos transformar este aceite producido en aceite sólido.
Es decir, presentación en sólido, encontrando un hueco más que merecido en los untables al uso para desayunos, pero también para el resto de las ingestas diarias. La cardiosaludabilidad está garantizada y su impacto en los distintos mercados locales y más allá de nuestras fronteras, esperamos que también.
Juan, productor, perteneciente a nuestro convivium, tiene las ideas claras, aporta a través de ese alimento convertido en fármaco en ocasiones, una alternativa nutricional alimentaria, producido con respeto a la naturaleza, identitario con nuestro territorio, excelentes aceites, incremento de rentas por la rentabilidad añadida, tanto en recursos económicos como en consolidación de economías familiares y territoriales.

Nos sentimos particularmente orgullosos de este ejemplo. El tuyo Juan y el de tu familia Seguimos sumando: Bueno, limpio y justo.