Relato ganador, obra de Elvira Cortés, categoría adulto, del III Concurso de Microrrelatos Jorge Hernández, de Slow Food Zaragoza, en colaboración con Aragón, alimentos nobles

 

CULT Maria Moliner 2

Qué experiencia gastronómica tan sorprendente!, al cocinar con una curiosa mujer de nombre María. Nos pusimos un delantal con las letras del abecedario bordadas. Buscamos en sus fichas la definición de calabacín, cebolla, patata, pimiento y tomate; ingredientes que troceamos por orden alfabético para mezclarlos en una sartén de patas sobre la lumbre del hogar y, así, crear con mimo y con paciencia un guiso al que, uniendo las palabras, denominamos: Fritada Aragonesa con Sabor al Territorio. De segundo, buscamos palabras con doble consonante: pollo de corral. Con las hojas de borraja, elaboramos crespillos, dulces como las uvas de macabeo y otras palabras que también comienzan por C: cariño, crear, compartir… y sus sinónimos. No faltó un vaso de vino tinto, con aromas a frutos maduros y especiados, o de clarete con una equilibrada mezcla de uvas tintas y blancas para brindar, según el gusto, por la cultura y la salud.

La cocina se llenó de evocadores aromas, sabores y de palabras que hilan conceptos, transmiten saberes y unen a las personas.

Desperté, relacioné y cobró sentido. Todo aludía a ella y a su Paniza natal. ¡Era María Moliner! Defensora de la educación y la cultura. Bibliotecaria y autora del Diccionario de Uso del español con casi 80.000 entradas realizadas de forma manual, un trabajo apasionante, minucioso y complejo que le llevó a dedicar 15 años a la palabra, conciliándolo con los cuidados a su familia.

Yo la definiría como una heroína.