Como todos los años, el tercer viernes de septiembre, cuando los viñedos europeos viven la intensidad de la vendimia, celebramos el Día Internacional de la Garnacha. Una cita que rinde homenaje a una de las variedades más antiguas, resilientes y apreciadas del planeta: la Garnacha, nacida en Aragón y convertida en referente mundial por su versatilidad, autenticidad y excelente calidad.

Una historia de resistencia y expansión

La Garnacha encuentra sus raíces en Aragón desde hace más de dos milenios. Restos hallados en Segeda (Calatayud) demuestran su cultivo ya en 153 a.C., lo que la sitúa entre las variedades más antiguas documentadas. Desde allí acompañó la expansión de la Corona de Aragón, viajando a Cataluña, al Rosellón francés, Cerdeña o Sicilia, y siglos más tarde, a América, África y Australia.

Durante años fue considerada una uva secundaria, pero hoy se ha convertido en la expresión directa del terruño: pocos varietales reflejan con tanta pureza el suelo, el clima y la mano del viticultor. No en vano, muchos expertos la llaman también “una ventana abierta al terruño”, porque cada copa de Garnacha expresa el paisaje del que procede.

Los nuevos vinos de viñas viejas

El resurgir actual de la Garnacha se debe, en gran medida, a la apuesta de los viticultores por recuperar viñedos históricos. Estas cepas, muchas con más de 50 o 100 años, producen rendimientos muy bajos, pero de una calidad extraordinaria. De ellas nacen “los nuevos vinos de viñas viejas”, que están marcando tendencia en el mundo. Las cooperativas han desarrollado un importante papel en la recuperación y mantenimiento del viñedo viejo, este modelo de cooperación ha permitido la sostenibilidad de unos viñedos que estaban en peligro de extinción por el elevado coste de su producción.

En declaraciones a la prestigiosa revista de vinos americana Wine Enthousiast, el mundialmente reconocido Master Winemaker y gran defensor del modelo cooperativista, Pedro Ballestero, afirmaba: ¨Creo que el papel de las cooperativas, que permite a los pequeños viticultores priorizar sus viñedos sin la carga de elaborar vino ellos mismos, es una forma interesante de valorizar una región”.

Una variedad que marca tendencia

Hoy, casi el 93% de la Garnacha mundial se cultiva en Europa, con España y Francia como epicentros. Su versatilidad permite elaborar blancos frescos, rosados vibrantes, tintos jóvenes y expresivos o complejos y longevos, espumosos únicos e incluso vinos dulces naturales de prestigio. Esta capacidad de adaptación y diversidad es lo que la ha situado como una de las variedades que están marcando tendencia entre consumidores, enólogos y críticos.

Además, su resistencia a la sequía y a suelos pobres le ha hecho merecedora del título de “la uva más eco-friendly del mundo”, una cualidad cada vez más valorada en un contexto de cambio climático.

Los territorios de origen: especialistas en Garnacha

A diferencia de otras regiones del mundo donde la Garnacha se emplea principalmente en coupages, las denominaciones de origen españolas que la vieron nacer se han especializado en elaborar vinos 100% Garnacha, demostrando al mundo la grandeza de esta uva cuando es protagonista.

  • DOP Campo de Borja, autodenominada el Imperio de la Garnacha, dedica más del 60% de su producción a esta preciada variedad que ya es parte de su identidad. En Fuendejalón Bodegas Aragonesas fue la pionera en apostar por la Garnacha, posicionándola en los mercados internacionales con destacados vinos como el reconocido “Fagus”.
  • DOP Cariñena, cuna histórica y la más extensa, donde surgen proyectos como los de Grandes Vinos y su Anayón Garnacha Blanca, una auténtica innovación en la elaboración de la garnacha blanca, que cuenta con 39 meses en barrica, valorado con 93 puntos de Robert Parker y 94 de James Suckling. Cariñena también debe algunos de sus mejores vinos a Bodegas San Valero pioneros en la elaboración de cava 100% garnacha, con su Particular Garnacha Blanc de Noir u otros vinos como su galardonado Particular Garnacha Viñas Centenarias que son muestra de la diversidad que nos brinda esta uva.
  • DOP Calatayud, con viñedos en altura y suelos de pizarra, ofrece vinos minerales y potentes como los de Bodegas San Alejandro, referentes en autenticidad y fieles defensores de una cuidada innovación en la elaboración de los vinos. Prueba de ello son algunos de sus vinos más reconocidos como Baltasar Gracián, que rinde homenaje al conocido escritor aragonés.
  • En tierras vecinas, encontramos la DOP Terra Alta, que se posiciona como epicentro internacional de la Garnacha Blanca y la DOca Priorat, donde la pizarra “licorella” imprime carácter a vinos legendarios de proyectos como los que elaboran en Cellers Unió con Licorella, un tinto mezcla de Garnacha y Cariñena, ejemplo de la riqueza e importancia de esta uva para un buen coupage.

Un brindis por el futuro

La Garnacha es hoy símbolo de historia, sostenibilidad y vanguardia. Una uva capaz de emocionar con vinos directos, honestos y llenos de matices.

“La Garnacha es la expresión directa del terruño y una ventana abierta a nuestras raíces”. Su versatilidad y excelencia la han convertido en una variedad con carácter propio que marca tendencia en el mundo entero.

En este Día Internacional de la Garnacha, brindamos por una uva nacida en Aragón que se ha hecho universal, llevando en cada sorbo la identidad de su tierra y el talento de quienes la cultivan.

¡Feliz día de la Garnacha!