Tras las agitadas semanas del principio del verano, parece que su conclusión llega más tranquila, quizá por la cercanía de las Fiestas del Pilar, tempranas este año, que suelen marcar el inicio del curso gastronómico. Eso, con la huida de gentes y eventos de Zaragoza ha provocado cierta sequía informativa en este tapao que solventaremos en próximos números.
Sí, estuvo este tapao en la Muestra Gastronómica del Festival Vino de Somontano, pero no, no se intoxicó. Primero, porque con su demostrada habilidad se suele colocar cerca del jurado, que delibera entre el público, con lo que escucha sus comentarios y obra en consecuencia. La tapa que provocó este brote –la que llevaba una tostada de pan con tomate– no resultaba especialmente apetitosa, aunque sí enorme, con lo que fueron muchos los jóvenes que la tomaron.
La Dirección general de Salud Pública del Gobierno de Aragón y el propio Consejo Regulador de la DOP Somontano reaccionaron con prontitud y la cosa no fue a mayores, a pesar del elevado número –500– de afectados, algunos hospitalizados. Pero es política oficial no revelar el nombre del establecimiento causante, aunque casi todos sepan cuál fue. Basta con indagar en las redes y leer alguno de los comunicados que se publicaron en su momento. La confirmación, el año próximo pues anunció que no volvería jamás a esta fantástica muestra.
Ya en Zaragoza, el Día Mundial de la Agricultura, el 9 de septiembre, uno se las volvió a ingeniar para colarse –había lista de invitados y azafatas que no dejaban pasar ni una– en la fiesta de entrega de los I Premios Agroalimentarios de Aragón, que tuvieron un antecedente en aquellos Premios Alimentos de Aragón que se crearon en los felices tiempos del consejero Arguilé. Satisfacción entre los premiados, pero se escucharon algunas voces molestas ante la escasa presencia entre los galardonados de pequeños productores; tan solo representados por las fantásticas hermanas Molina, Conchita y Antonia. ¡Qué encurtidos!
Muy bien montados para el evento los jardines del palacio de La Alfranca, también conocido como Casa Palafox, pero llegar fue una odisea, ante la carencia de transporte público; ¿un autobús quizá?, que está a 20 kilómetros del centro de Zaragoza. Rapidez en la entrega de galardones –lo que se agradece–, aunque el largo rato hasta que comenzó, más de una hora, lo tuvimos que superar a base de agua; no había otra cosa. Cuando llegaron las bebidas, el personal se avalanzó sobre las bandejas de bebida. Y José María Marteles, el presidente de Cafés y Bares, que no se pierde una, tuvo un detalle digno de un caballero español: ofreció la copa de cerveza que había pillado rápidamente –hostelero viejo– y se la cedió a la vicepresidenta de los hosteleros oscenses, Anabel Costa. Ella, elegantemente, la rechazó.
Doscientos invitados, muchos venidos de fuera y pocos representantes del PSOE, que apenas se acuden ya a estos saraos. Tan solo el portavoz socialista Marcel Iglesias.
Que tampoco se perdió la entrega de los Premios Huesca Alimentaria, hace unos meses. ¡Cómo cambian los tiempos! Aún se acuerda este tapao de la primera entrega, allá por 2019. Uno tuvo que ir, porque el de Mejor contribución personal, se lo dieron al editor «por su labor divulgativa de la agroalimentación a través de la publicación Gastro Aragón». Apenas cuatro gatos estábamos y pocos políticos que este tapao recuerde. Sin embargo, este año, como el pasado, la plaza estaba abarrotá, que decían aquellos cómicos. Desde la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, hasta representantes de todas las administraciones. Se agradece, pero el apoyo resulta mucho más necesario al empezar el camino, no solamente quince años después cuando, tras mucho trabajo, la asociación está plenamente consolidada.
En cualquier caso la relación con Gastro Aragón siempre se ve recompensada, como se comprueba al observar los premiados. El nuevo embajador, Ramón Lapuyade, cocinero y propietario del hostal El Portal, en Alcolea de Cinca
–apareció en el número 104–, es gastroamigo y contribuye a que el bimestral sea posible y el anterior, que le entregó la chaquetilla, Javier Matinero, del restaurante barbastrense El Trasiego, es suscriptor de la revista, como Lucía Palacín, de Biopalacín. Por su parte, Arriel Domínguez, de la quesería O Xortical, fue entrevistado hace dos números. Y, por cierto, gran detalle que el cóctel fuera al aire libre, como el año pasado, para deleite de fumadores; aprovechad que poco os queda. Bien de comida, con sabor oscense, pero escasicos de vino: hacía mucho calor.
Cuando la alcaldesa Natalia Chueca prometió una calle con el nombre de José Luis Yzuel, este tapao reclamó otra para el también hostelero, y predecesor de Yzuel al frente de los hosteleros zaragozanos, Emilio Lacambra.
Ya no hace falta. La sociedad civil, el barrio de Torrero donde siempre vivió, ha puesto su nombre a un parque, precisamente allí, entre las calles Cuarte y Pinar. Fue hace unos meses, en un reivindicativo acto, donde no faltó el cante de su amigo, Manuel Gerena.
Será que uno está abducido por la ruta Platos con historias, esa propuesta de Bodegas Pirineos, creada por el editor y Gabi Orte Chilindrón, y se fija más o será que es así. Pero parece que todo el mundo habla de historias y gastronomía.
Por ejemplo, en una nota de prensa a propósito de la presentación de nuevos platos y vinos en el restaurante Nola Gras se puede leer: «Para nosotros, cada plato es una oportunidad de contar una historia», reflexiona Alex Viñal. En cada plato y en cada copa, se encuentra una historia que va más allá de la técnica: es un relato de pasión, dedicación y el deseo de sorprender, una y otra vez, a quienes se sientan en su mesa.
Hay más, como en el publirreportaje publicado en Metrópoli, donde se puede leer: «Por eso, cuando veas el nuevo distintivo, cuando escuches el lema Aragón, sabor de verdad, recuerda que no es una simple frase. Es una invitación. A probar un queso que huele a montaña. A cortar un jamón que se funde en la lengua. A dejarte sorprender por una cerveza que sabe a cereal tostado. A descubrir que detrás de cada producto hay una historia contada a bocados».
Escribe en su blog la nueva presidenta de la DOP Calatayud, Almudena Anadón: «El sector agroalimentario aragonés factura más de 9500 millones de euros al año. Pero detrás de ese número hay miles de historias: cooperativas, pequeñas bodegas, queserías, agricultores, panaderos, enólogos, ganaderos».
También en Extra Digital, «Por eso, esta campaña no solo busca promocionar productos, sino contar historias. Porque detrás de cada queso, de cada aceite o de cada vino, hay personas que creen en lo que hacen. Que lo hacen con alma».
En una entrevista en El Gastrónomo zaragozano, la sumiller de Goralai, Jasone San Martín, insiste en la idea: «Nos gusta aprovechar esta ubicación para enseñar los platos y productos que tenemos en Aragón y contar sus historias»
Bien le ha salido a Horeca su idea de invitar al consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, a la presentación de Gastrotapas, reseñada aquí mismo el pasado bimestre. Acaban de crear una comisión de cooperación en el ámbito de la seguridad alimentaria, donde el departamento volvió a elogiar a la asociación empresarial. Elogios por parte de Nuria Gayán, directora general de Salud Pública: en este sector «hay profesionales y empresarios que aplican un autocontrol, incluso más exigente que lo que marca la ley», con experiencias de buenas prácticas y una oferta de calidad. ¿Y Cafés y Bares?
La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, visitó el recientemente inaugurado Cariñena Wine Museum, bien acompañada por el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, y la vicepresidenta Mar Vaquero, además de los anfitriones, el presidente de la DOP Cariñena, Antonio Serrano, y el vicepresidente, José Antonio Briz.
En sintonía con su ideología liberal y su pasión por opinar no pudo menos que señalar que «Esto es lo que ocurre con Cariñena y con los vinos de todo Aragón, que unidos harían una gran marca».
Ya sabemos, a unirse todos… ¿en una marca o en varias?
Gracias a que Grandes Vinos presentó su bien planteada propuesta 10 Garnachas diferentes para 10 maneras de ser, hemos confirmado que lo de Zaragoza capital mundial de la garnacha «nació de la cabeza de la alcaldesa», según confesó el gerente de Zaragoza Turismo, José Francisco García. Bien está que salgan cosas de las cabezas, pero quizá luego haya que pensarlas más detenidamente.
El evento sirvió para ver a los plumillas de las cocinitas y bebiditas catar a ciegas unas garnachas de la mencionada bodega. El editor, por mucho que presuma, no acertó ni uno. Sus colegas, alguna.
Los sabores de verdad. Ayer, hoy, siempre es el libro que ha editado la Consejería de Agricultura, Ganadería y Alimentación para celebrar la nueva campaña de promoción. Propuestas con alimentos de Aragón de los once restaurantes con estrella michelin –¿y los soles?– y otras tradicionales procedentes de diferentes recetarios.
No sabemos si ha sido revisado por algún cocinero o profesional experto en los alimentos aragoneses. Porque en la soberbia receta del restaurante Ansils, Tartaleta de ternasco, tan pronto se escribe cordero, como oveja y ternasco. Y no, no son lo mismo; ni de lejos.
¿Un logotipo necesita ser explicado?
¿Dejaremos de fumar en las terrazas?
¿Cerrarán más establecimientos en el tubo?
¿Hay esperar a la inauguración oficial para difundir eventos?
¿Quién causó la intoxicación en el Festival Vino Somontano?
¿Volverán los boletines de la Muestra agroecológica?




