Gratal y chicas vino Ejea

Carmen Tenías, Cristina Marcellán y Pilar Moros, franquean al cocinero con sus vinos. FOTO: Gabi Orte / Chilindrón.

 

Casi en la intimidad, el restaurante Gratal –Pº Constitución, 111. Ejea de los Caballeros. 976 663 729– ofreció una inusual degustación de ternasco de Aragón, enmarcada en una jornada gastronómica. Su propietario y cocinero, David Fernández Piracés, exprimió todo su ingenio y oficio para ofrecer otra visión de la cocina de ternasco, sin olvidar tampoco las preparaciones tradicionales.

Todo ello en compañía de las dos bodegas de la localidad, Bodegas Ejeanas y Señorío Cinco Villas, que presentaron sus novedades. Propietaria y enóloga de la segunda, Cristina Marcellán explicó sus vinos, ecológicos y biodinámicos, mientras que Carmen Tenías y Pilar Morón presentaron sus novedades, desde el nuevo enólogo, el veterano José Pascual Gracia, hasta el interesante Uva Nocturna garnacha blanc de noir, blanco elaborado a partir de la garnacha tina, del que se ha elaborado una limitada edición de 3000 botellas; un vino que dará que hablar.

Dedicado a Fernando Abadía –«gran amigo y chef»– ,Madeja crujiente, huevo, patata y foie, FOTO: Gabi Orte / Chilindrón.

De pie, y en el bar, con la informal cata de vino llegaron los primeros aperitivos. Dedicado a Fernando Abadía –«gran amigo y chef»– el primero, Madeja crujiente, huevo, patata y foie, que reinterpretaba un clásico plato del añorado cocinero oscense. «A mi hermano Jorgito», Pan artesano de chía y maíz con guiso de Ternasco de Aragón IGP de la abuela. Exotismo en el Yakitori de chipirón de playa y pierna de Ternasco de Aragón y sopresa en el Buñuelo de cabrales y pensamientos de cordero. Cuatro formas diferentes y sabrosas de entender el ternasco.

Buñuelo de cabrales y pensamientos de cordero. FOTO: Gabi Orte / Chilindrón.

 

Ya en la mesa, llegó Mi morcilla de Ternasco de Aragón, un divertido trampantojo en forma de arroz, con todo el sabor de la morcilla gracias a un sabio uso de las especias.
Digno de las mesas más elegantes los Riñones, garnacha y caviar, sencillos y rotundos. Para finalizar, el clásico, Paletilla de Ternasco de Aragón IGP cocinada a baja temperatura –36 horas a 65 grados– rustida y acompañada de borrajas de Ejea

De postre, como no podía ser menos, La madre del cordero, juego de texturas y temperaturas a partir de leche y queso de oveja.