melones colgados AMP-LLA

Melones colgados, que permitían su consumo hasta la Navidad. FOTO: Cortesía Amparo Llamazares.

 

Érase una vez en un pueblo cercano a Zaragoza, donde dos jóvenes vecinos entusiastas decidieron que ya era hora de que esos melones de los que tantas maravillas hablaban los mayores del lugar y que desgraciadamente habían dejado de existir en los años setenta sin saber por qué, cobraran vida y volvieran a ser el referente de Torres de Berrellén, conocido como el pueblo de los melones.

Jesús Causapé y Chuma Sahún, ambos torreros, comenzaron hace cinco años, la aventura preguntando a los agricultores de más edad si aún conservaban semillas de aquellos melones tan dulces y sabrosos y la suerte quiso que uno de ellos, Andrés Ferrer, tuviera guardadas algunas de ellas, contribuyendo con su donación a poner en marcha el Proyecto de recuperación del melón de Torres de Berrellén. El pasado mes de octubre, la Asociación Amigos de melón de Torres de Berrellén otorgó a este agricultor, la primera placa conmemorativa como melonero de honor 2019, que recogió su hijo en un emotivo acto que tuvo lugar en la Peña Sajeño alagonesa.

La parte científica vino de la mano del equipo de la doctora Cristina Mallor, investigadora del Centro de Investigación en Tecnología Agroalimentaria, CITA, que además es la responsable del Banco de Germoplasma de Hortícolas de Aragón. Después de cinco años de cultivo, polinización controlada, selección y caracterización tanto físico-química desarrollada en el CITA como las evaluaciones organolépticas llevadas a cabo en la Sala de catas del Centro de Transferencia Agroalimentaria, por los panelistas entrenados por Amparo Llamazares, se ha conseguido un melón que reúne las características morfológicas, físico-químicas y sensoriales que tenía dicha variedad cuando se comercializaba.

Esto es, gran tamaño, forma ovalada, corteza verde oscura y muy asurcada, pulpa de color blanco-crema, muy jugosa, de consistencia intermedia, un elevado grado de dulzor y una gran sabrosidad, que hizo que esta hortaliza fuera muy valorada por los consumidores de antaño.

Charla melón Torres

Una de las charlas que se han programado. FOTO: Cortesía Amparo Llamares.

Hay que tener en cuenta que la recuperación de cualquier variedad vegetal o raza animal requiere su tiempo y no es conveniente la precipitación, pero confiamos en que en campañas posteriores se podrán comercializar dichos melones con una garantía de calidad. Hasta el momento se han realizado muchas actividades de difusión tanto en Zaragoza como en los pueblos de alrededor con exposición del proyecto y degustación posterior en Gallur, Alagón y Alcalá de Ebro coordinado por la Asociación para el Desarrollo de la Ribera Alta del Ebro, ADRAE, a través de su programa Pon Aragón en tu mesa para dar a conocer este producto, que en los meses veraniegos ocupa un lugar preponderante, ya sea en rodajas o en elaboraciones tipo sorbete, sopas frías, helados, acompañando otros alimentos como las migas o el jamón. Este melón era tan apreciado en Torres que solían colgarlo en eneas o cuerdas en lugares ventilados para poder degustarlo hasta la Navidad.

Para asegurar la continuidad de este ilusionante proyecto se creó la Asociación de amigos del melón de Torres de Berrellén, respaldada por su Ayuntamiento a los que se suman, además de los organismos antes mencionados, ATADES-Gardeniers, el Instituto Geológico y Minero y toda la población, con un agradecimiento especial a todos los agricultores, que han respondido masivamente a esta iniciativa, que si comenzó como un cuento, tiene visos de convertirse en una dulce realidad.