SP memorias gastronomo

Desde la lucidez de un octogenario que ha visto evolucionar la gastronomía española, José Manuel Vilabella, habitual colaborador en numerosas publicaciones, repasa de forma descarnada, y muy divertida, diferentes aspectos de nuestra coquinaria, sin callarse apenas nada.

Analiza desde su propio oficio de comentarista, eclipsado ahora por la llegada de blogueros y foodies, hasta la idiosincrasia asturiana, una comunidad con elevado número de opinadores y pocos establecimientos que destaquen a escala nacional.

Se comparta o no alguno de sus análisis, ninguno de ellos carece de enjundia, como la figura de Ferrán Adriá o de la propia Academia Española de Gastronomía, a la que coloca en su sitio. Clasifica en tres apartados la cocina española –popular, clásica y de vanguardia–; analiza el rol de las guías gastronómicas españolas, tan de capa caída ahora ante la llegada de propuestas en internet: «los soles son a las estrellas como el cava es al champagne».

Se ocupa con su habitual gracejo de las cocinas francesa, italiana y británica, así como de la española en general, concluyendo el volumen con un capítulo dedicado a Asturias, Un verano sin moscas, peculiar acto de amor hacia el lugar donde lleva toda su vida, por más que nació gallego. Una feroz descripción del Principado, no solo en las cosas del comer, que, sin embargo, despierta un inmediato interés de viajar hasta allí.

Divertido y ameno, es un libro bastante más necesario que muchos otros de los que se editan para mayor gloria de sus autores, pues aporta muchos elementos para reflexionar sobre nuestra gastronomía. Gracias Vilabella.

La ficha

Memorias de un gastrónomo incompetente. José Manuel Vilabella. Trea. Gijón, 2019. 286 páginas. 20 euros.