Entre otras cuestiones, la pandemia ha puesto de manifiestos los descosidos de nuestra administración, y su poca afección hacia el ciudadano que la sostiene con sus impuesto. La última, relacionada con la hostelería, es de nota. Alfonso, trabajador de un bar, recibió en su domicilio y a su nombre, una multa de 601 euros, fechada en 2019, por que el establecimiento donde trabajaba había invadido con la terraza un espacio propiedad de la comunidad de vecinos. El se limitó, obviamente, a firmar la notificación. Recurrió la multa y se lo han denegado. Así que tiene dos meses para recurrir  al Juzgado de lo Contencioso-Administrativo.
¿No se han enterado nuestros concejales? ¿No leen El Periódico de Aragón? ¿No pueden/quieren hacer nada? Así nos va.

 

Se sigue desinformando al personal. Se puede leer  –a veces no, depende– en la web de Heraldo un bienintencionado artículo Mercados para comprar comida ecológica en Zaragoza: calendario y horarios,  que puede despistar a muchos. Pues ese concepto de alimentación ecológica, no está definicido en ningún sitio. Sí la agricultura y ganadería ecológica, que es un sello de calidad, con su reglamento, donde en ningún momento se trata  o habla  de «procedimientos y técnicas naturales, el carácter local de los alimentos, el respeto al medio ambiente y los animales y la importancia de proteger la salud de los clientes».
Además, el mercado de los sábados de Parque Venecia jamás se ha definido como ecológico. Son productores vinculados a Pon Aragón en tu mesa, sin más condiciones.

 

Cuando llegan eventos y promociones gastronómicas se entiende que los establecimientos elaboran nuevas propuestas para la ocasión. Aunque no siempre es así. En la próxima edición de GastroTapas, que se celebra del próximo jueves al domingo, algunos repiten –total o parcialmente– la tapa o menú del pasado septiembre –salvo que sea un error de la web–, que es cuando se celebró la edición anterior, retrasada por la pandemia.

 

06-13 vino

Puede que sea un efecto óptico debido a la fotografía,  y que los vinos riojanos y andaluces no se encuentren justo debajo de la andera aragonesa. Sería importante que, además de preocuparse por cómo se escribe DOP –o D:O:P:, o D.O., o DO– revisra de vez en cuando las promociones en las grandes superficies.

 

 

¿Hay quien recomiende lo que no le gusta?