No ha sido el mejor año editorial, pero hay para elegir

 

No ha sido un año especialmente pródigo en libros aragoneses de gastronomía, pero sí lo suficiente para ocupar espacio en nuestros estantes o preparar el regalo de Reyes.

Prames ha sido la más activa, iniciando con la Diputación de Huesca la colección Paseos por la historia, de pequeño formato y apenas 48 páginas, donde se encuentran Alimentos de Huesca y Trashumancia en la provincia de Huesca, de Luis Iribarren. Y también La cocina del nuevo Aragón Soberanía alimentaria y fusión, escrito por la periodista Marian Rebolledo, con las recetas del chef Cristian Yáñez.

También resulta ambicioso, Tesoros gastronómicos de la provincia de Zaragoza. En la mesa, editado por Almozara, en colaboración con la Diputación de Zaragoza. Con fotos de Cristina Martínez, la periodista Cristina Arguilé repasa la amplia despensa que ofrece la provincia de Zaragoza, con recetas de diferentes restaurantes de varias localidades.

El pródigo Francisco Abad Alegría publicó en Letra Minúscula, su El ácido en la cocina clásica española, tan documentado como siempre.

Por su parte, Bodegas Care editó Historia de un viñedo, que se acerca desde diferentes perspectivas a un año de actividad vinícola, desde las miradas de Antón Castro, Alberto Aragón, Eduardo Viñuales. O los recetarios en comic, Cocinicas, de  XCAR, Azagra y Revuelta, y el del Certamen de Restaurantes, con las fórmulas de la mayoría de los platos presentados a los premios. Finalmente, Taisi lanzó dos nuevos recetarios, relacionados con su actividad, la fruta.

Cabe también recordar que todavía se puede adquirir el libro Laminería, del fallecido Marín Uriol editado por Certeza, un poético acercamiento a tres siglos de pastelería en Aragón.