Cuando fue elegido nuevo presidente de la DOP Somontano, sintió mariposas en el estómago y recuerda que un miembro del Consejo le dijo «eso es bueno, eso es que tienes ganas y responsabilidad».
Y es que Francisco Berroy ha sido 27 años secretario de la entidad y muchos hablan de él como «un hombre de la casa». Sin embargo, él matiza, «no ha sido un paso natural, para mí ha sido un orgullo y una sorpresa que me hayan elegido: conozco las bodegas, a los viticultores; sé que se hace y hacia donde queremos ir».

«LOS DISCURSOS INNECESARIOS HAN ALEJADO A LA GENTE DEL VINO»

 

VIN Francisco Berroy GOC

¿Cuál es su primer recuerdo relacionado con el vino?
Mi primer recuerdo es, por supuesto, haciendo vino en casa con mi padre que era agricultor en Azlor.

Usted, ¿qué quería ser de mayor?
Cuando era pequeño, me gustaban las máquinas, los camiones, todo lo relacionado con el mundo del motor. Pero, ya de adolescente, me picó el gusanillo del vino y, al final, hice una ingeniería agrícola.

¿Cómo le explicaría qué es la felicidad a un niño de siete años?
Qué difícil explicar lo que es la felicidad. Creo que intentaría transmitirle que es estar en paz con uno mismo, algo que yo me aplico en mi día a día: acostarte siempre con la conciencia tranquila.

¿Qué parte de responsabilidad tiene el vino en su felicidad actual?
Mucha, cada día que pasa, más. Me gusta el vino porque, para mí, es mucho más: alrededor del vino, está la familia, los amigos, el trabajo. Y eso que el mundo del vino es muy difícil, porque en el mundo sobra vino y por eso es competitivo. Siempre hay que luchar por estar en primera línea.

Lo de hablar de las emociones del vino ¿es solo imagen?
Por supuesto que tiene emociones, sobre todo si estás inmerso en el proceso de elaboración, en la producción o en el trabajo de darlo a conocer. Hay sentimientos muy fuertes al hacer vino.
Dicen que todos los españoles llevan dentro un presidente del gobierno y un seleccionador de fútbol.

¿También llevamos ahora un sumiller?
En mi caso, ni tengo un seleccionador, ni un presidente ni un sumiller, no soy forofo de nada. Pero sí que es verdad que parece que cada vez hay más entendido de todo. Muchísima gente se aferra a un partido o un equipo de fútbol, y algunos dicen saber mucho de vino.

¿Pero falta conocimiento real del mundo del vino?
Sobre todo, falta mucha cultura del vino, que la gente sepa dónde están las denominaciones de origen, lo que supone en el territorio. Pero no tanto de elaboración o producción. Los discursos innecesarios han alejado a la gente del vino, sobre todo, a los jóvenes.

¿Se sigue disfrutando del vino cuando se trabaja con vino?
Por supuesto. Cada día disfruto más del vino, eso sí, cada día bebo con más moderación. El vino solo se disfruta con moderación, cada vez aprecio más el buen vino, soy más selectivo. Y para beber un vino malo, bebo agua.

¿Qué le quita el sueño? ¿Qué tal duerme?
Duermo poco, seis horas al día, pero la verdad que duermo muy bien. Como te decía antes intento tener la conciencia tranquila, así que no me quita el sueño, ahora mismo, nada.

¿A quién invitaría a un vino? Personaje histórico, público o alguien de su entorno.
Con los políticos que deciden las políticas agrarias europeas. Me gustaría ver qué saben realmente del vino. Ellos rigen nuestro presente y futuro y me gustaría charlar con ellos.

¿Y quién cree que no se merece ni olerlo?
Cualquier persona que asocie vino con alcohol. El vino es un alimento por ley, hay mucha gente que lleva décadas trabajando para que el vino esté en nuestras mesas a diario y se ha ganado el mérito de ser un alimento.

¿A quién le debe un vino? (Cita pendiente)
Nunca, jamás, invito a un vino por quedar bien, si invito a un vino es porque quiero de verdad. Así que no, creo que no debo un vino a nadie.

¿Qué ha hecho últimamente para hacer feliz a alguien?
Pues mira, tengo a mi mujer y a tres hijos de 24, 23 y 18 años, que aún quieren venirse con nosotros una semana de vacaciones, solo una, pero vienen. Eso me hace muy feliz y creo que a ellos también. Y a mí, me hace pensar que algo habremos hecho bien.

¿Cómo se ve dentro de diez años?
Me gustaría tener mucha salud, estaré a un año de jubilarme, si no vuelve a cambiar la ley. Me gusta pensar que seguiré relacionado con el vino, pero no con los cargos, espero darles el relevo a las nuevas generaciones.