Con los cuatro soles que concedió el pasado lunes la guía Repsol –que sigue luchando por ser la alternativa a la Michelin–, nuestra comunidad alcanza los 19 reconocimientos. Cancook con dos soles y 18 más con uno gracias a la llegada de Trasiego, en Barbastro; Casa Arcas, en Vilanova; la Fábrica de Solfa, en Beceite; y Goralai, en Zaragoza.

¿Muchos, pocos? Supone el 3,5% de los soles españoles, que son 507. Es decir, cumple esa ley no escrita por la que nuestra comunidad supone aproximadamente el 3% de todo. Lo que sí es cierto es que los nuevos soles aragoneses –los cuatro absolutamente recomendables, como el resto– se adscribe a la nueva tendencia en este tipo de guías. Que consiste en buscar en pequeñas localidades restaurantes singulares, con atención al producto local y cocina más o menos evolucionada. Mientras que en las grandes ciudades suelen apostar por establecimientos más consolidados, donde la cocina es un factor más, pero no el determinante.

El repaso a los soles aragoneses, complementado con los restaurantes recomendados –posibles futuros soles– ofrece una buena fotografía, ya que, con la excepción de la provincia de Zaragoza, poco representada –hay lo que hay–, estos restaurantes que merecen el desplazamiento están diseminados por toda la comunidad. Salvo los soles zaragozanos, todos en la capital, del resto apenas dos están en Huesca capital, mientras que los siete restantes se ubican en las provincias de Huesca y Teruel.

No quiere decir uno que el futuro del mundo rural se encuentre en la restauración gastronómíca, aunque ayude, como todo. Pero sí que aquellos profesionales que apuestan por la buena cocina tienen más posibilidades de desarrollo más allá de las capitales. No solo por la vinculación con el territorio, sino por la libertad que suele conllevar encontrarse en una zona más o menos turística, con mayor oferta de clientes.

Como siempre, la tendencia comenzó en Francia, pero parece ya asentada en España. En Aragón, lo único que nos falta es que los capitalinos, además de ir a su pueblo los fines de semana, se dediquen a descubrir estas propuestas y otras que no aparecen en las listas de éxito.

Todos seremos más felices.