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Moonlight, que se ha desplazado a la zaragozana calle Santiago, ofreció la Mejor carta de cócteles. Foto: Archivo Gastro.

 

 

Repasando el año que se va podemos constatar la intensa actividad gastronómica que genera esta comunidad, superior a otras comparables en población o superficie. No nos aburrimos, ciertamente, y parece que los aragoneses, además de acercarnos a cuantas propuestas nos lleguen, seguimos disfrutando con bastante asiduidad de nuestros bares y restaurantes.

Repasemos. Diferentes jornadas y eventos centrados en la trufa ‒que vuelven en escasas semanas‒, el Ternasco de Aragón, los chilindrones, las setas, la caza, las cazuelicas, sobre la cocina de Altamiras o tapas Goyescas, junto a otros menos identitarios como hamburguesas, chuletón, cachopos o croquetas. Sin olvidar las que nos llegan desde las asociaciones empresariales: los concursos de tapas, Gastropasión, Pilar Gastroweek o los Premios Horeca, al que se sumará en breve otro certamen para encontrar el mejor menú del día de la provincia de Zaragoza.

Hay mucho para elegir y gran parte de estas actividades ‒no hemos citado todas‒ podrían ‒y deberían‒ tener un mayor alcance nacional, tratando de atraer a esos visitantes que se desplazan atraídos por la gastronomía.

Sin embargo, la gastronomía aragonesa no termina de despuntar en el resto de la península. No nos conocen como colectivo y, por lo tanto, no vienen a disfrutar de nosotros.

Y no será por falta de profesionales reconocidos en el exterior. Comenzó bien el año, pues ya en enero, con su Cruz de navajas, Susana Casanova y Fernando Solanilla ganaron el premio oficial a la mejor tapa de España, en el marco de Madrid Fusión, donde Toño Rodríguez ‒que aspira a ser el Mejor cocinero nacional el próximo año‒, de La Era de los Nogales, elaboró el Mejor bocado con queso, y en dicho evento estará el próximo mes Iris Jordán, joven cocinera del Ansils, aspirante a ser la Cocinera revelación. Raúl Bernal, desde su pastelería oscense, La Paca, se hizo con el premio al mejor Bombón artesano de España, y también fue nombrado Mejor maestro artesano chocolatero de España.

Dos cocineros aragoneses, Christian Mor y Jorge Landa, de La Era de los Nogales, lograron que Aragón sea Campeón Nacional de Gastronomía, y subcampeones en Repostería, gracias a los profesores Pablo Lorao y Esther Barroso. Otro cocinero, Ramón Lapuyade, triunfó en Palencia, en el Concurso nacional de papas bravas. Y Nola Grass se trajo un accésit del Nacional de tapas de Valladolid.

El mejor cachopo de España también se encuentra en Zaragoza, gracias a la propuesta de Más Torres, que se impuso en Oviedo a todas las propuestas no asturianas, lo que no es moco de pavo. Moonlight ‒que se ha trasladado, mejorando instalaciones y propuestas‒ fue premiado por ofrecer la mejor carta de cócteles de España. Jorge Navascués fue reconocido en el Salón Gourmets como creador de los vinos riojanos de Bodegas Contino. La innovación del Grupo Tandem ‒Marengo, La Bocca, etc.‒ fue reconocida por Hostelería de España, mientras que las hermanas Rodi volvieron a ser premiadas por el Ministerio de Agricultura, también por su carácter innovador. Goralai logró un nuevo sol, mientras que la estrella del Espacio N se desplazó a Canfranc Estación, manteniendo el número de reconocimientos aragoneses en ambas guías.

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El mejor bombón artesano de España lo elabora Raúl Bernal en LaPaca, Huesca. Foto: Archivo Gastro

La producción

Aunque de forma menos visible, nuestros productores también son reconocidos y buscan la innovación. Habitualmente, los vinos aragoneses aparecen en buenos lugares en los certámenes nacionales e internacionales, destacando el Gran Oro concedido en Berlín para el Borsao Cabriola, o las distinciones a Jesús Solanas ‒Absinthium‒ como sumiller y al Festival Vino de Somontano por su marketing en el Wine Challenge Industry Spain.

Mientras la DOP Campo de Borja aborda el singular Garnachas Históricas Project para posicionarse mundialmente en una de las variedades más afamadas del mundo, reivindicando su identidad, se recuperan variedades locales como la derechero de Muniesa.

Por otra parte, se ha oficializado la marca Huerta de Zaragoza ‒que junto a los ecomercados de la capital, han supuesto un premio para el Ayuntamiento‒, crece el interés por producir legumbres locales y, al menos sobre el papel, parece que nos inclinamos por consumir lo nuestro.

Despedidas

No podemos olvidarnos de quienes nos dejaron el año pasado. El prolífico erudito y escritor Francisco Abad Alegría, casi a la vez que Eduardo Martín Mazas, quien mejor estudió la figura obra del histórico cocinero de Binéfar, Teodoro Bardají.

También deja un hueco irreemplazable el hostelero, agitador cultural y comunista, Emilio Lacambra, cuya presencia al frente de Casa Emilio, las asociaciones profesionales, la cultura, añoraremos siempre. Finalmente, el creador del Arroz con borrajas y almejas, ya un plato popular, el cocinero Miguel Ángel Revuelto, se escapó a otros fogones.