Aunque no de forma oficial, ya han comenzado las campañas electorales. No hay más que ver cómo han crecido desde los últimos días las agendas de los candidatos y los miembros del gobierno autonómico y municipales. Que si una se acerca al mercado agroecológico u otro se deja ver en una semana más que dos meses ‘normales’.

Estamos habituados, pues son muchas ya las que llevamos a la espalda. Toca sacar pecho de lo hecho, omitir lo conflictivo y mostrar que las cosas son como deberían, en la medida de lo posible. Y siempre con Europa como excusa para lo malo.

Sin embargo, ya a menos de tres meses vista de los comicios, antaño se hablaba de propuestas, que posteriormente se plasmaban en lo que se llamaba programa electoral. Una sana costumbre que, lamentablemente, se encuentra en desuso.

De lo nuestro, la gastronomía y la agroalimentación, pocas novedades se escuchan. Más allá de las palabras manidas que todos comparten –sostenibilidad, cercanía, productividad, desarrollo rural– pocas propuestas sólidas llegan. Y menos, si son a largo plazo.

Así que ignoramos si el cerdo seguirá siendo un sector mimado por la Administración, a pesar de los problemas que se le avecinan; si apostaremos por la industria agroalimentaria de tamaño medio y pequeño, como, por ejemplo, en Navarra; si se primará la agricultura extensiva, incluido un ovino en franca decadencia; si la innovación y la investigación en agroalimentación estará al servicio de todos, o de determinados intereses. O si se apoyará a la hostelería, con mayor eficacia en la formación, apoyo a las escuelas, impulso a los pequeños negocios familiares.

El resto de Europa nos muestra claramente que las políticas públicas son herramientas decisivas a la hora de conformar sociedades. Desde imponer –o auspiciar, los más tibios– las compras de productos ecológicos y de cercanía en escuelas, cuarteles y hospitales, hasta intervenir en los precios o en los cultivos a desarrollar.

Admitimos que la capacidad de las políticas locales y autonómicas está limitada. Pero, si hay diferencia entre ciudades y comunidades será por algo. De ahí que precisemos información para elegir la papeleta. Y cuanto antes, mejor.