Más allá de los recetarios, 2019 ha traído un buen número de textos interesantes para los aficionados a la comida

David Remartinez GOC

Remartínez, escondido tras la portada de su imprescindible libro. Gabi Orte / Chilindrón.

 

Crece la edición de libros de gastronomía, aunque la mayoría de ellos se limitan a ofrecer una colección de recetas, muchas veces en torno a un tema, sin especial interés. Salvando, por supuesto, los recetarios nacionales –Turquía, México− que edita profusamente Phaidon.

No obstante, la cosecha de 2019 ha traído obras de mucho interés, que permiten a ayudar a los magos en su tarea de elegir regalos para el próximo lunes.

La puta gastronomía –El Desvelo ediciones− es el libro que más ha regalado el firmante durante el año pasado, sin conseguir –todavía, pue seguimos en ello− que se convierta en el ‘best-seller’ que merece, tanto el texto, como su autor. David Remartínez, periodista aragonés actualmente afincado en Asturias, ha escrito una obra desternillante que, además, ofrece muchos elementos para reflexionar, siempre desde su somardo punto de vista. Reivindica la gastronomía como placer, sin mayores pijotadas; disfruta tanto de una cosa, como de su apuesta; y sentencia frases como esta: «el periodista gastronómico escribe para que le paguen; el bloguero, para que le adulen; y el escritor, para engullir gratis». Todo ello entreverado de amenos elatos cortos, que profundizan en nuestra relación entre la comida y la bebida.

En Aragón

No se han publicado muchos libros sobre gastronomía, además de los obligados, como el Recetario del XX Certamen de restaurantes, la Agenda gastronómica 2020, casi igual a sí misma, la Guía oficial de tapas 2019, o la nueva entrega de las recetas de Radio Huesca, La mejor cocina del Alto Aragón, plagado de recetas con productos del entorno.

También los cocineros celebraron su XXV aniversario con una obra que recoge sus cinco lustros de historia, desde su fundación en 1993, aunque también recuerda a pioneros como Modesto Dobón, que ofició en el primer Hotel Corona. Ofrece abundante documentación gráfica y alguna receta. Y el centenario de Ordesa ha producido el libro colectivo La gastronomía en el Parque Naciona de Ordesa y Monte Perdido.

cocinero Ismael ferrer GOC

Ismael Ferrer, con un ejemplar de su compedio vegetal. Javier Blasco / Hecho en los Pirineos

Más interesantes resultan Monumentos del reino vegetal del Pirineo Central, −edición del autor− obra del cocinero Ismael Ferrer, actualmente exilado en Cantabria, que recoge un alto número de especies vegetales, con una completa ficha, muchas de ellas en peligro de extinción. O La cocina de los judíos de Sefarad en la Edad Media, editado por Certeza y escrito por el profesor Álvaro López Asensio. A partir de actas de procesos de la Inquisición reproduce las costumbres culinarias de la vida cotidiana, el ciclo vital y las grandes fiestas religiosas. Y presencia aragonesa hay en El Thyssen en el plato –Museo Nacional Thyssen Borzemisa− gracias a la presencia de pastelería Ascaso, que ha creado un delicioso postre a partir del cuadro Retrato de una infanta, de Juan de Flandes.

Ensayos

También resultan muy interesantes dos libros producto de la interesante Editorial Trea, radicada en Gijón. El engaño de la gastronomía española, de José Berasaluce, polifacético escrito gaditano que es ocupa de las carencias intelectuales de nuestra coquinaria, con numerosos nombres propios y alguna que otra incoherencia y que podría ser resumido en su frase «la gastronomía es demasiado importante para dejarla en manos de los cocineros».

Con más humor, pero no menos acidez, en la misma editorial, el octogenario José Manuel Vilabella recoge en Memorias de un gastrónomo incompetente su visión periférica, pero muy bien documentada, del panorama nacional, con especial atención a las academias y las guías. Sin olvidar Comimos y bebimos, de Ignacio Peiró, en Libros del Asteroide, ni Cenando con Darwin, análisis de los alimentos y nuestra comida desde la teoría de la evolución.

Asimismo, varios diccionarios como Diccionario de gastronomía, editado por LID editorial –también en la red− y dirigido por Marcelino Elosua, y Diccionario comentado de gastronomía, de Fernando Riquelme, también en Trea, sirven para aclarar conceptos y unificar escrituras.

Respecto a la literatura, nos permitimos recomendar el exquisito El señor Doubler y el arte de cultivar patatas, de Seni Glaister, en Harper Collins; la bien trabada novela histórica La cocinera de Castamar, ambientada a principios del siglo XVIII. Y también con aire documental, La cocinera irlandesa, ambientada en la Nueva York a principios del siglo XX, basada en hechos históricos; en Harper Collins, escrita por Mary Beth Keane.

Y dos entregas del excepcional cómic La Cantina de medianoche, de Yaro Abe, editado por Astiberri, llevado a la pantalla en forma de serie, que nos acerca a la más popular cocina japonesa con abundantes observaciones acerca del ser humano.